JORNADA Nº 36 (Girona 2–0 Real Zaragoza) (27 – 4 – 14)
EN TIERRA DE NADIE Y SIN PATRÓN.
Tras la victoria in
extremis cosechada la pasada jornada ante el Jaén en La Romareda, el Real
Zaragoza viajaba hasta tierras gerundenses para enfrentarse al colista de la categoría,
el Girona. El conjunto dirigido por Víctor Muñoz viajaba a tierras catalanas
con la intención de conseguir los tres puntos para hundir en la cola de la
tabla al Girona y, también, poder mirar a los playoffs como algo asequible de
alcanzar si se consuma temprano la salvación, tras los malos resultados de los
equipos que ocupan la parte alta de la clasificación. Los once jugadores
visitantes que vistieron de corto al inicio fueron: Leo Franco en la portería;
Defensa de cuatro formada por Abraham en el lateral zurdo, Álvaro y Laguardia
como pareja de centrales, y Fernández en el lateral derecho; Doble pivote por
delante de la defensa compuesto por el central Arzo y Cidoncha; Luis García en
la mediapunta; Montañés y Henríquez en banda; Y arriba Roger.
Tras el minuto de
silencio por el fallecimiento de Tito Vilanova comenzó el partido y, como de
costumbre, los pupilos de Víctor Muñoz se dedicaban a intentar trenzar alguna
jugada de peligro, una utopía en este equipo. Mientras trataban de alejar lo
máximo posible el esférico de la portería defendida por Leo Franco, el rival, último
de la tabla, recordémoslo, trataba de generar peligro al contragolpe ante la
evidente incapacidad defensiva de los visitantes. De hecho, poco tardo el
Girona en adelantarse en el marcador, ya que por medio de Timor, disparando
desde la frontal del área visitante sin oposición alguna por parte de su marca,
mandó el balón al fondo de las mallas. Sus escuderos, Arzo y Cidoncha, miraban
atenta y desinteresadamente, como el equipo rival se ponía por delante en el marcador
sin apenas esfuerzo.
De nuevo contracorriente,
y de nuevo con el mismo plantel de futbolistas que no tienen, o algunos no lo
aparentan, mucho interés en lo que le ocurra al Real Zaragoza una vez acaben
las 6 jornadas que le quedan al campeonato liguero. El Girona lo intentaba al
contraataque por las bandas, mientras los visitantes desaprovechaban libres
directos al ser lanzados estos por un egoísta Luis García. Los minutos pasaban
y el Real Zaragoza no conseguía empatar el encuentro debido, en parte, a que no
llegaban con peligro al área rival o bien porque los mediocampistas no
recuperaban balones, o porque los jugadores atacantes no acertaban en la
definición, como por ejemplo la vaselina errada por Roger tras encontrarse solo
delante del portero, o los disparos a la nada de Luis García, o la nula
presencia de Henríquez. Se llegó al descanso tras unos primeros minutos en los
que el Girona, liderado por Jandro, apretó lo suficiente como para anotar gol,
hacer los deberes, y replegarse esperando ocasiones al contragolpe, mientras
los visitantes no sabían qué hacer con la posesión del esférico y
desaprovechaban las escasas ocasiones de peligro generadas.
Comenzó la segunda mitad
con la entrada de Víctor Rodríguez en lugar de Cidoncha, para tratar de dar la
vuelta al encuentro. Víctor se colocaba en el mediocentro, posición inusual
para un jugador rápido y menudo que suele correr la banda. De nuevo ocasión
desperdiciada por el Real Zaragoza y, otra vez, de las botas de Roger, que pese
a encontrarse en el área pequeña inexplicablemente erró el lanzamiento. Su
compañero en punta, Henríquez, también mandó directamente el balón a las manos
del portero local, Becerra, pese a encontrarse libre de marca. El Girona
parecía haberse metido en la cueva, y el Real Zaragoza necesitaba aprovechar el
repliegue rival para anotar el gol del empate y poder sacar algo positivo de
Montilivi. Para ello, Víctor Muñoz sacó del campo a Henríquez y dio entrada a Álamo.
Pero las ocasiones seguían sin concretarse y las jugadas a balón parado no
suponían peligro alguno ante la incapacidad para colgar balones al área o
sortear la barrera y anotar gol del lanzador “intocable” Luis García. Pero el
Girona contragolpeaba con peligro ante la incapacidad de frenar las internadas
rivales por parte de Arzo y los centrales, quienes se veían apurados y desajustados
con frecuencia. El flanco izquierdo zaragocista, como de costumbre, era una
autovía para los jugadores rivales, pese a que el carrilero Abraham ocupaba,
durante este encuentro, la posición de Rico. A falta de poco más de 15 minutos
para la conclusión del encuentro, Víctor Muñoz consideró oportuno dar entrada a
Rico en lugar de Abraham, realizando un cambio natural en la defensa pese a ir
con el marcador en contra. No había muchas esperanzas, ni se reflejaban en el
campo, en poder sacar algo bueno del campo del colista, ya que pese a la
encerrona local en su área, los visitantes no daban la sensación de poder batir
la muralla defensiva e igualar el encuentro, debido principalmente a la enorme
y muy preocupante falta de puntería de los pupilos de Víctor Muñoz. Pero los
locales, por si las moscas y ante la evidente fragilidad del rival,
sentenciaron el encuentro por medio de Ortuño, quien se aprovechó de un mal
despeje de la zaga visitante y del incomprensible fallo del meta Leo Franco
(min. 85)
Tras la sentencia rival y
tras todo el encuentro sin puntería, nadie en su sano juicio creía en la
remontada de los visitantes, que solo hicieron intervenir al meta rival Becerra
con un testarazo ya cuando el partido moría. No hubo tiempo para más y el Real
Zaragoza cayó derrotado por 2-0 ante el farolillo rojo de una Segunda División
que, tal vez, sea la de nivel más bajo de los últimos años.
Vale ya de hablar de
ascensos y playoffs, que lo único que hace es perjudicarnos a nosotros mismos. Estos
jugadores, como bien ha dicho Víctor Muñoz, a lo máximo que pueden intentar
aspirar es a salvarse cuanto antes y, si es posible, intentar dar caza a los puestos
de playoff, vistos ahora mismo como una utopía.
Próxima jornada ante U.
D. Las Palmas en La Romareda.
En la jornada anterior elegisteis
como mejor jugador del partido a Montañés (56% de votos) y como peor jugador
del partido a Rico (38% de votos)