REAL ZARAGOZA – GETAFE C.F (JORNADA 36, 29-IV-2017)
SEGUNDAS PARTES NUNCA FUERON BUENAS
Láinez había logrado calmar las aguas que ahogaban al Real Zaragoza
tras hacerse cargo del banquillo aragonés. El fantasma del descenso parecía
alejarse, pero desde dentro del vestuario aseguraban no dar nada por hecho.
Mención aparte merece el medio de comunicación empleado por el club para
influir en la gente, el cual hablaba directamente de la promoción de ascenso
obviando que todavía no estamos a salvo. En medio de este panorama, Láinez
seguía transmitiendo sus ideas al vestuario para evitar sobresaltos de última
hora que pongan en aprietos la viabilidad y supervivencia del club. Tocaba
enfrentarse al Getafe. El conjunto azulón cuenta con una de las mejores
plantillas de la categoría y, tras un mal arranque liguero, ya se ubica en
posiciones de privilegio. Para seguir invicto como técnico blanquillo y
aumentar la distancia con sus perseguidores, Láinez decidió introducir dos
pequeños cambios en su once habitual: Casado ocupó el carril izquierdo,
sustituyendo al lesionado Cabrera, y Cani se ubicó de media punta mientras que
Bedia se ubicó en el puesto de Ros como pareja de Zapater.
Comenzó la contienda y los visitantes no dudaron ni un segundo en
entregar el esférico al rival. Los aragoneses, por su parte, al no disponer de
jugadores con la calidad necesaria como para trenzar jugadas de peligro, se
dedicaron a mover la pelota entre los miembros de la retaguardia. El técnico
rival, Bordalás, se percató de los problemas que tenían los jugadores
blanquillos a la hora de sacar la pelota y decidió dar instrucciones para que
sus pupilos aumentaran la presión sobre el rival. Y la orden dio sus frutos, ya
que los blanquillos no son capaces de hacer frente a la presión del rival y
acaban por replegarse. Por el costado defendido por Isaac, por el carril
defendido por Casado o por el centro (dónde Marcelo Silva y José Enrique daban
algo más de seguridad. Pero tampoco mucha). Daba igual por dónde. Pero, sobre
todo, los visitantes atacaban por los costados mal defendidos por los laterales
zaragocistas (es probable que haya quedado por el césped de La Romareda algún
hueso de las caderas de Isaac y Casado, las cuales fueron rotas en numerosas
ocasiones). Aún con todo, el Real Zaragoza seguía metido en el partido. En
parte gracias a Ángel, quien con su simple presencia causaba problemas a la
zaga rival. Cani, apagado durante muchos minutos del encuentro, mandó un primer
aviso al rival con un gran pase a Bedia. Pero el mediocentro, pese a plantarse
frente al portero, no supo culminar la oportunidad. Desaprovecharon los
visitantes varias oportunidades de gol propiciadas por fallos inexplicables de
Casado e Isaac para adelantarse en el marcador. Fue entonces cuando Cani mandó
el segundo aviso. Una excelente asistencia del genio aragonés fue aprovechada
por Ángel. El ariete, tras zafarse por velocidad de la defensa rival, recogió
el pase de su compañero para fusilar ante el meta contrario adelantando, de
este modo, a su equipo en el marcador y ampliando hasta veinte su cuenta particular
de goles particular en la actual temporada.
Si bien le costó entrar en el partido, el Real Zaragoza había logrado
leer el encuentro para adelantarse en el marcador y poder irse al intermedio con
ventaja. Todavía antes del descanso ocurrió una acción que pudo marcar el resto
del partido. El defensa rival Damián asestó un manotazo en la cara del pichichi
blanquillo. Una expulsión de manual. Sin embargo, el árbitro del encuentro
decidió rebajar el castigo y sólo le enseñó la cartulina amarilla. Una nueva
acción que puede marcar el encuentro y que vuelve a perjudicar al Real Zaragoza
(Da igual, olvidarlo. No se verá en los telediarios ni saldrá en los
periódicos. Ni que fuéramos de Madrid o Barcelona…). Tras esta acción, los
jugadores encarrilaron el túnel de vestuarios para escuchar las órdenes del
entrenador.
Tras el paso por la caseta, ambos equipos seguían empeñados en cumplir
a raja tabla sus planes. El Real Zaragoza debía tratar de mantener el tipo y no
dar facilidades al rival, mientras que el Getafe se dedicaba a presionar al
rival y crear ocasiones de peligro. Un incomprensible error de Bedia al ceder
el balón al guardameta fue aprovechado por Jorge Molina, pero el disparo del
ariete se topó con un pie salvador de Ratón. Pero cuando se juntaron un cúmulo
de circunstancias, el Getafe logró darle la vuelta al partido. Si a la calidad
y nivel mostrado por el rival (uno de los equipos de la categoría con mejores
jugadores) le sumas el bajón físico que sufre el conjunto aragonés en las
segundas partes te sale como resultado la remontada azulona. Una acción en la
que la zaga aragonesa encadenó una serie de errores fue aprovechada por el
Getafe para, a través de Jorge Molina, volver a poner las tablas en el
luminoso.
Merecidamente, y auspiciado por el bajón físico de los aragoneses, los
visitantes lograron igualar el partido. Pero no se iban a quedar ahí. Pese a
que Láinez movió ficha dando entrada a Ros por Cani para aportar oxígeno al centro
del campo, el Getafe ya había golpeado una vez. Y, a diferencia de su rival, iban
a golpear dos veces para dejar al rival noqueado y asegurarse el triunfo. Un
centro desde el lateral en el que, en teoría, debería estar Casado (quedó
demostrado, una vez más, que lo mejor es que Casado no esté en el césped sino
en el banquillo o en la grada. Algo también aplicable al lateral de la otra banda),
fue rematado por Fuste. El esférico, tras topar con el palo, golpeó en la nuca
de Ratón y acabo por introducirse en la meta local. Mala suerte en la acción,
tal vez. Pero el Getafe fue en busca de la remontada y la encontró.
Láinez trató de revertir la dinámica a la que había desembocado el
encuentro e introdujo a Samaras por un agotado Bedia para acumular hombres
arriba. Más adelante, relevó a Casado por Valentín, quien se ubicó en el eje de
la zaga desplazando a José Enrique al lateral zurdo. Y, tarde, el equipo dejó
de replegarse y buscó el gol. Pese a esto, las oportunidades más claras en el tramo
final del tiempo reglamentario fueron para los visitantes, quienes hicieron del
contragolpe su mejor arma. Ya en el tiempo añadido, los blanquillos tuvieron
dos claras oportunidades para sacar algo positivo del encuentro. Primero fue
Valentín quién desde el área pequeña recogió un rechace que, con todo a favor,
envió a la grada. Ángel tuvo, en los últimos segundos de vida del partido, la
oportunidad de rescatar un punto, pero, prácticamente a bocajarro, erró su
disparo.
No hizo buen encuentro el conjunto dirigido por Cesar Láinez. Mostró
algunos detalles de equipo, pero a ráfagas. En frente tuvo a un rival que
aspira a metas más ambiciosas que el club aragonés y que cuenta con mimbres
para ello. Pese a que quieran vender que la promoción de ascenso es todavía
accesible para el equipo, la realidad es que hoy el Real Zaragoza está a cinco
puntos de la salvación con, todavía, seis jornadas por disputarse (en el caso
de algunos rivales, aún siete). Históricamente, se dice que la salvación en
esta categoría se obtiene con 50 puntos. Todavía faltan cuatro. Y, por más que
nos quieran vender humo, ese es el actual objetivo
Siguiente oportunidad para acercarse a los 50 puntos, el próximo
domingo a las 20:30 en Reus.
Ficha técnica
R. Zaragoza: Ratón;
Isaac, Marcelo Silva, José Enrique, Casado (Valentín, min. 81); Zapater;
Lanzarote, Cani (Ros, min. 65), Edu Bedia (Samaras, min. 74), Pombo; y Ángel.
Getafe: Alberto
García, Damián, Cata Díaz, Cala, Molinero, Faurlín (Lacen, min. 71), Mora
(Gorosito, min. 82), Chuli (Fuster, min. 64), Portillo, Pacheco y Jorge Molina.
Goles: Goles: 1-0,
Ángel (min. 39); 1-1, Jorge Molina (min. 63); 1-2, Fuster ( min. 72)
Árbitro: Rubén Eiriz
Mata, del comité territorial gallego. Por parte del Real Zaragoza amonestó a
Edu Bedia (min. 71). Por parte de los visitantes amonestó a Chuli (min. 30), a
Mora (min. 33), a Pacheco (min. 43), a Damián (min. 44) y a Jorge Molina (min.
64).
Incidencias: partido
correspondiente a la 36ª jornada de LaLiga 1|2|3 disputado en el estadio municipal
de La Romareda con alrededor de 19.200 espectadores en las gradas del municipal.