sábado, 10 de junio de 2017

MEDIOCRIDAD COMO SEÑA DE IDENTIDAD

Ante el Tenerife ha concluido la temporada. Una nueva temporada en Segunda División. Y un nuevo año tirado a la basura. Sin proyecto, con una plantilla mediocre y con jugadores que están de paso en el conjunto aragonés, el Real Zaragoza deambula por la categoría de plata alargando su agonía.
Ha sido la peor temporada del Real Zaragoza en su historia reciente. Pero los jugadores no son los únicos culpables de todo esto. Tanto el Director General (Luis Carlos Cuartero) como el máximo responsable del área deportiva (Carlos Iribarren) deberían, como mínimo, salir a dar la cara.
Mención aparte merece la afición zaragocista. Fiel a su equipo, ha caído en un clima de conformismo que no está haciendo bien al equipo. Un mínimo de exigencia a la plantilla no vendría mal. Si no, acabará matándonos la indiferencia y la mediocridad.

Sólo nos queda confiar en Lalo para que el periplo por los lodazales del fútbol español sea de 5, como mucho 6, años. Y agradecer a Cesar Láinez por aceptar uno de los retos más complicados a los que se ha enfrentado en su vida zaragocista y por permitir que el león siga con vida, como mínimo, un año más.

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